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Tomás Honorato, director Fundación Honra: El 5% de los agresores tiene un trastorno, el resto aprendió a ser violento

Por: Tania Merino 12 de Agosto 2017
Fotografía: Copesa

Un paramédico que es sorprendido golpeando a su pareja embarazada, un parlamentario cuya repostulación a la Cámara Baja es seriamente cuestionada por un episodio de violencia intrafamiliar, una universitaria golpeada hasta sangrar por su pololo en Concepción y expuesta a rostro descubierto en redes sociales mientras suplica no ser grabada, el caso de Tea Time, líder de Los Tetas, etc. En el último tiempo la violencia en la pareja ha acaparado cada vez más la atención de los medios de comunicación y, lejos de mostrar un retroceso, persiste.

Recientemente, dos episodios de alta connotación registrados en la Región del Bío Bío llamaron la atención de la fundación Honra, dedicada a promover la equidad de género y erradicar la violencia en la pareja, al punto de instalarse en el Bío Bío sumando así a la Región al trabajo que realizan en Santiago y Valparaíso.

Tomás Honorato, director ejecutivo de la fundación, explicó un tercio de las mujeres en Chile han sufrido alguna situación de violencia que involucra a familiares o pareja y en el caso del pololeo, el 50% de los jóvenes declara conocer a alguien que ha enfrentado maltrato. “Es necesario que la sociedad civil intervenga ya que el gobierno muchas veces no lo hace del todo bien”.

– ¿Cómo ha sido la capacidad de reacción de nuestras autoridades y de la justicia?

-La justicia lamentablemente también ha dado malas señales y ahí un tema de cómo involucramos la perspectiva de género en los fallos. Tiene que ver en cómo responsabilizamos a los autores de delitos contra la mujer, porque muchas veces quedan en la impunidad. ¿Qué tenemos que esperar para estar efectivamente frente a un delito de femicidio? ¿Que muera? A Nabila Rifo le sacaron los ojos. ¿Eso no es femicidio frustrado? A otra chica la rociaron bencina y el autor fue condenado por el delito de incendio, no por el de femicidio frustrado; tenemos casos como el del tribunal de Ovalle en que los celos son una atenuante para rebajar la pena… La justicia no le está dando la relevancia que tiene a este tema. En Chile más de 300 mujeres han muerto desde la ley de femicidio.

– En el caso del pololeo, ¿por qué el machismo se perpetúa en jóvenes universitarios, por ejemplo?

– Tiene que ver con cómo se va perpetuando esta creencia a través de los colegios, de la familia que tienen roles muy rígidos para cada uno de los integrantes. Vemos que en la crianza y cuidado de los hijos los hombres casi no participan o lo hacen desde el juego, pero no desde la corresponsabilidad. También los medios de comunicación y la publicidad instrumentaliza a la mujer y acciones políticas como el episodio de la muñeca inflable. Tenemos una sociedad que está constantemente reproduciendo los conceptos machistas.

– ¿Cómo observa lo que ocurre en redes sociales como en el caso de Camilo Castaldi (Tea Time), que fue una explosión y en que se vio también mucha agresividad desde los comentarios, desde los espectadores del tema?

– Se legitima a tal modo la violencia para la solución de conflictos que nuevamente creemos que podemos apagar el incendio con violencia. Esto lo único que hace es generar mayor agresividad, exponer a personas. Lo de hacer una funa es algo muy violento; la gente quiere imponer un castigo y no está dejando que las instituciones funcionen, posiblemente por la misma sensación de impunidad que existe. No creo que la violencia se resuelva funando al agresor, hay que reeducar a esa persona, porque no son personas que están enfermas, de hecho sólo el 5% de las personas que ejercen violencia tiene algún tipo de trastorno psicológico. El resto ha aprendido a ser violento.

– ¿Qué pasa con la víctima cuando es expuesta?

– Es una forma de revictimización. En que queda expuesta ella, su familia, en que además no sabemos cómo es la persona que ejerció violencia, entonces esto podría generar un nuevo episodio de violencia, no solamente de parte de él, sino también de su familia. Me parece que hay que ser sumamente cuidadosos.

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