Ciudad

Los desafíos del futuro desde la mirada infantil

Por: Diario Concepción 09 de Agosto 2017
Fotografía: Diario Concepción

En conmemoración de la celebración del Día del Niño , Diario Concepción invitó a niñas y niños de 7 a 10 años del Gran Concepción a festejar anticipadamente su día con una entretenida tarde para compartir con sus pares, con refrescos y dulces, con quienes de paso conversamos para conocer su opinión sobre la ciudad, el medio ambiente y otros temas que a su corta edad les preocupa.

Desafíos para los adultos: una tarea pendiente

Vivir en un entorno limpio y en una ciudad amigable, es el anhelo de estos pequeños, quienes en su mayoría tienen una mirada crítica frente a la realidad de Concepción.

“Las calles del centro de Concepción están sucias”, fue enfático en señalar Esteban Henríquez Cárdenas (9 años), alumno del Colegio Sagrados Corazones de Hualpén.

Similar opinión tiene Amparo Díaz Cárdenas (9 años), también estudiante del Colegio Sagrados Corazones de Hualpén, quien entrega además algunas ideas para solucionar el tema de la limpieza en la ciudad.

“La ciudad está un poco sucia y contaminada por las industrias pero esto lo podemos mejorar cuidando el medio ambiente con cosas tan sencillas como recoger los papeles del suelo y botarlos en los basureros unido una campaña que difunda el cuidado del medio ambiente”, dijo.

Martín Bassauri Bassauri (9 años) y Monserrat Pizarro Obreque (9 años), alumnos de los colegios Almondale y Concepción, concuerdan con la opinión de sus pares.

“Concepción me gusta, pero está un poco sucio. Por ello, es necesario que todos cuidemos nuestro medio ambiente”, comenta Martín.

“No me gusta que la ciudad esté sucia. Creo que es necesario que las personas no boten al suelo los papeles”, señaló Monserrat.

En tanto los hermanos Cristóbal y Agustín Irigoyen Veloso, perciben a Concepción como una ciudad bonita por su vegetación y lugares de esparcimiento pero ambos creen que es necesario una mayor conciencia de los habitantes por la limpieza del entorno.

“Encuentro bonito Concepción. Tiene hartos árboles y es una gran ciudad para vivir al sur de Chile”, indica Cristóbal (8 años), estudiante del Colegio Thomás Jefferson.

“Me gusta Concepción porque tiene lindos parques y lugares para visitar en familia así como también su clima. Eso sí, creo que está un poco contaminado. Por lo que debería haber más conciencia y preocupación por la limpieza de ciudad”, dijo Agustín (10 años), alumno del Colegio Almondale.

La ciudad del futuro desde la mirada infantil

Una ciudad más tecnologizada pero en contraste con mayor contaminación es lo que vislumbran estos niños para Concepción en el futuro. Un llamado de alerta para los adultos y de concientización sobre la importancia de cuidar el Medio Ambiente desde ya.

“Veo una ciudad con más tecnología pero más sucia, contaminada y con el cielo gris. Además, habrán más enfermedades respiratorias graves producto de la polución”, sentenció Amparo.

“Me imagino que Concepción será una ciudad muy tecnológica con autos y trenes que volarían”, dijo Martín.

“Habrán trenes que vuelan pero será más contaminada”, comentó Esteban.

Opinión similar tiene Martín, quien indicó que “en Concepción los vehículos volarán en el futuro así como también los trenes”.

El reciclaje: una propuesta para combatir la contaminación ambiental

Conscientes de los estragos que está provocando la contaminación en el mundo, estos pequeños proponen como medida para disminuir este problema en Concepción: El reciclaje. Muchos de ellos comentan que ya lo aplican en sus casas y colegios.

Monserrat explicó de manera magistral que “el reciclaje es reutilizar las cosas que ya no nos sirven para hacer algo nuevo”.

“En el colegio lo aprendimos e hicimos un robots de rollos de confort, que lo tengo como adorno en mi casa”, dijo Amparo.

“En mi casa reutilizamos las botellas, cultura que aprendí en el colegio y que me lo reforzaron mis papás”, comentó Martín.

¿Qué opinan del trabajo de sus padres?

El amor y el cuidado de los padres es vital para el desarrollo emocional de los niños y niñas pero las exigencias de la vida moderna lleva muchas veces a que éstos se ausenten un mayor número de horas del hogar. Bien los saben estos

pequeños quienes buscan pasar más tiempo con ellos y esperan que sus trabajos sean menos demandantes.

“Me gusta el trabajo de mi papá, pero veo que a veces llega tarde y muy cansado, ya que le dedica mucho tiempo a éste”, aseveró Amparo.

“Me gusta el trabajo que realiza mi papá, pero me gustaría estar más tiempo con él”, comenta emocionado Martín.

“Mis papás tienen buen trabajo, pero me preocupo por ellos porque a veces llegan en la madrugada”, contó Monserrat.

Mensaje a niños vulnerables

Atentos a la situación difícil que viven muchos niños en el mundo, estos pequeños entregan a sus pares un mensaje de esperanza y de aliento para que puedan salir adelante dando una enseñanza a los adultos y muestras de solidaridad con pequeñas pero efectivas acciones que buscan llevar alegría a quienes sufren actualmente.

“Espero que puedan que tener una buena vida y un buen hogar para que vivan felices como nosotros”, comentó Cristóbal.

Similar opinión tienen Amparo y Martín.

“Espero que tengan un lugar con techo como hogar”, expresó Amparo.

“Es necesario darles un hogar donde en estos niños puedan vivir bien”, dijo Martín.

Para Agustín no sólo es necesario darles un buen hogar, sino también una sonrisa a través de simples pero significativos gestos.

“Yo ahorraría dinero y les regalaría algo que les guste o los llevaría donde nunca hayan ido como Chuck E. Cheese’s”, planteó.

Para los periodistas de Diario Concepción, este encuentro con los niños fue una oportunidad para saber de sus pensamientos y reflexiones relativas a su vida familiar y su apreciación del entorno urbano, con sus opiniones cándidas, inocentes y profundamente sinceras. Sus expresiones y gestos son a veces alegres, como si no importara y sin embargo sus pensamientos revelan una preocupación por el futuro, el suyo y el de sus pares. Sus mensajes deben ser oídos, la voz pequeña que suele desatenderse, a pesar que hay allí señales evidentes de una realidad que vale la pensa mejorar. Hemos tenido una lección; la verdad en la boca de los más pequeños, justamente en el Día del Niño.

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