Cuatro fueron los delitos denunciados por el inspector de incógnito de la Seremi de Transporte, que el pasado jueves resultó agredido tras desempeñar sus labores en un taxibus de la línea Translota.
En aquella oportunidad, el funcionario subió a la máquina como un pasajero más con el fin de no levantar sospechas y observar el desempeño del conductor. Tras comunicar al chofer que había sido fiscalizado, éste se molesta y acelera sin respetar la petición del inspector de detenerse en un paradero.
“Acelera bruscamente, a un exceso de velocidad terrible, comienza a avanzar por General Novoa con las puertas cerradas, yo no sabía dónde me llevaba. La carrera terminó en un terminal que no es el suyo, se levanta del asiento, va donde estoy yo y me comienza a agredir”, reveló el inspector agredido a TVU Noticias.
En su defensa, el conductor del taxibus compartió un video filmado cuando terminó el recorrido aquel día. En él asegura que el fiscalizador no pagó pasaje tras identificarse como tal, sólo tomó el recorrido con fines personales y dedicó tiempo a hostigarlo mientras manejaba.
El agredido, que trabaja hace más de un año en la Seremi de Transporte, presentó denuncias por los delitos de amenaza, daños, lesiones y un eventual secuestro. Así lo confirmó el abogado de la cartera, Boris Merino. “Nosotros hemos señalado las situaciones que sucedieron y eventualmente pudiera ser investigado el delito de secuestro”, reveló.
Ante la violenta situación, el seremi de Transporte, César Arriagada, fue enfático al señalar que “este caballero es un señor que ya había sido condenado el 2015 por amenazas y agresiones contra Carabineros, y lo que esperamos es que los Tribunales puedan actuar con la mayor fuerza posible y poder sacar a este tipo de personas, no sólo del transporte público, sino que no pueda estar nunca más detrás de un volante”.