Señor Director:
La Mesa de Unidad Democrática (MUD), opositora del gobierno de Nicolás Maduro, desconoció la noche del domingo pasado los resultados de las elecciones de gobernadores anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Y aunque no hablaron de “fraude”, creen que el proceso es irregular y poco confiable, pues las opiniones, los sondeos y los conteos previos no coinciden con lo anunciado por Tibisay Lucena, titular del CNE. Ella afirmó que el 61,14% de votantes que había llegado a las urnas era una cifra histórica que fortalece al gobierno y la democracia venezolana.
Según el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), el oficialismo se impuso en 17 de las 23 Gobernaciones. Esto significa un respaldo a los resultados de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, pues antes de las elecciones el propio Maduro había dicho que el voto era un respaldo a la Constituyente y la recuperación de la imagen de un gobierno potente y ganador. Así, el mensaje de Maduro a Julio Borges, presidente del parlamente de mayoría opositora, fue de acatar los resultados y dejar de sembrar dudas en un país que quiere salir de la crisis. Además, Maduro pidió celebrar con música y alegría, pero en paz y con respeto al adversario y al proceso transparente.
La verdad es que la oposición, con miras a las elecciones presidenciales del próximo año, esperaba dar vuelta al mapa político tras cuatro meses de protestas ininterrumpidas y más de 130 muertos. Sin embargo, el escenario es diferente y difícil. La estrategia de abstención, propuesta por María Corina Machado, al considerar que no había garantías democráticas para la participación, resultó ser un error. ¿Cuál es la verdadera fuerza del chavismo? ¿Qué tanto poder tiene la oposición como para pensar que lograrán derrocar a Maduro en las próximas presidenciales? Por ahora la comunidad internacional seguirá atenta a lo que pasa en Venezuela y preguntándose por qué no cae Maduro
Luis Horacio Franco Gaviria
Académico Universidad
Andrés Bello