Este martes 17 de octubre se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. La fecha fue establecida por la ONU en 1993 con el propósito de promover mayor conciencia sobre las necesidades para erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países, entendiendo esta problemática como una vulneración a los Derechos Humanos. Este año, el tema es “Fomentar sociedades pacíficas e inclusivas”.
Sobre erradicar la pobreza se ha establecido como lugar común que es una tarea que no compete al Estado solamente, sino que a toda la sociedad en su conjunto. Si bien es una idea que tiene sentido, debemos entender plenamente qué significa y qué consecuencias trae debido a lo grande de la tarea y a todas las dificultades que conlleva. En un país con desigualdades tan marcadas y longevas como Chile, es fundamental que quienes estamos en un lugar favorecido en la sociedad seamos capaces de renunciar a algunos privilegios, o asumir más responsabilidades como ciudadanía.
Por ejemplo, ¿estamos dispuestos a pagar más impuestos para financiar una educación y salud de calidad para toda la población? ¿Estamos dispuestos a discutir para regular algunos mercados, como el del suelo, para que otros puedan reclamar sus derechos en plenitud?
Atendiendo al tema de este año, ¿qué estamos dispuestos a sacrificar para lograr una sociedad más inclusiva? Con ciudades cada vez más segregadas, es fundamental que nos cuestionemos cómo estamos construyendo nuestros espacios urbanos. Lamentablemente, éstos se han transformado en el reflejo de nuestra misma sociedad, divididos y alejados por estratos socioeconómicos. ¿Estamos dispuestos a trabajar por la inclusión, aunque para ello debamos abrir nuestros barrios y terminar con los “sectores ricos” y “sectores pobres”?
Reducir, o erradicar la pobreza, no tan sólo significa disminuir brechas en la estadística social y económica. Es más que eso: erradicar la pobreza es entregar dignidad a la vida de millones de chilenos.
Nicolás Villanueva Martínez
Director Regional
Techo-Chile Bío Bío