Señor Director:
Uno de estos días alguien me manifestó una queja: “Es que tú siempre te quedas jugando con los niños y no te sientas a conversar con los adultos”. Me quedé pensando… y es cierto, pero, ¿no es acaso eso lo que hace la mayoría de la gente? Me llama la atención que hoy en día existan tantos jóvenes-adultos viendo series animadas. Pareciera que ya no solo estamos acercando la adultez a los niños, sino que, además, trasladamos la infancia hacia la adultez. El resultado de todo esto es: niños adultos y adultos infantilizados. La generación que no tuvo infancia no tendrá nunca madurez o la alcanzará más tarde, si es que logra despertar antes a la pura realidad. Por tanto, a quien me reclame que juego mucho con mis sobrinos le contestaré que solo soy un producto más de este sistema que funciona al revés y, de paso, le haré una pregunta “¿Y tú cuántos minutos te pasas viendo Rick y Morty?”.
Josefina Piña