Señor Director:
A propósito de Piñera y su ovación en el Te Deum evangélico del domingo recién pasado, nunca debemos olvidar que dos de los primeros bienes públicos de la historia entregados a la privatización fueron el perdón de los pecados y la salvación eterna del alma, todo bajo la figura de la venta de indulgencias.
Fernando Fernández Ulloa
Hualpén