Carta al director

El legado de Norma

Por: Diario Concepción 25 de Julio 2017

Señor Director:

El domingo pasado falleció Norma McCorvey (más conocida como Jane Roe), la mujer cuyo embarazo no deseado, producto de una presunta violación, motivó el juicio de Roe vs. Wade en EE.UU, el cual culminó en la legalización del aborto en 1973 en ese país. Ella reconoció, en 1987, que su embarazo no fue producto de una violación y, durante el resto de su vida, lamentó que la falsa representación de su situación fuera instrumentalizada para avalar por ley la eliminación de casi 60 millones de seres humanos en gestación a través de un aborto en EE.UU desde aquel fallo de la Corte Suprema en 1973.

Hoy en Chile, el proyecto de ley de interrupción del embarazo avanza a paso firme en el Congreso, bajo la suposición que el aborto puede ser garantizado legalmente, como parte de la realidad de la mujer chilena cuyo embarazo le genere una crisis que haga “justificable” el acabar con la vida de su propio hijo en gestación. Al aprobar este proyecto, se acepta la idea que acabar con la vida de otro ser humano puede justificarse por circunstancias externas a ese ser humano. Es una idea que es abrazada, ya sea por ingenuidad o derechamente por engaño, por legisladores de lado y lado, en muchos casos en contra de sus propios principios y de compromisos firmados. Aceptar esta idea y avalarla por ley, aun haciendo oídos sordos a la experiencia de otros países, puede terminar pesando en la conciencia de estos legisladores, tal como en el caso de McCorvey, como un legado que los acompañe de por vida a ellos y, por cierto, a todos los chilenos.

 

Paula Aracena Stiven, PhD

Facultad de Ciencia, Universidad San Sebastián

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