Carta al director

¿Tiene arreglo la reforma universitaria?

Por: Diario Concepción 25 de Mayo 2017

Señor Director:

Hace más de tres años se discute la reforma de la educación superior, que ha sido una de las banderas más importantes del gobierno de la Presidenta Bachelet. El panorama de este proyecto sigue confuso e incierto. Ante las indicaciones presentadas y aprobación de la idea de legislar en la Cámara Baja, expertos y autoridades universitarias siguen exponiendo las serias deficiencias.

El proyecto de ley se elaboró entre cuatro paredes, con casi nula participación de especialistas y de las instituciones de educación superior. Si muchos rectores de las universidades del Cruch han declarado que sus opiniones no han sido tenidas en cuenta en el proyecto, el resto de las instituciones del sistema —que sirven a la mayor parte de la matrícula— simplemente han sido ignoradas.

La negociación ha estado más centrada en la defensa de los intereses particulares de los distintos sectores que en la política educacional que más conviene al país y a los estudiantes. No se ha intentado trazar una estrategia nacional de desarrollo que se haga cargo de los desafíos futuros. Hay problemas muy importantes que no han sido considerados, como la necesidad de asegurar la autonomía efectiva de las instituciones, la educación cívica y ética de los estudiantes, el impulso de la investigación básica y aplicada, la extensión del currículum y los cambios que vendrán con la irrupción de las nuevas tecnologías. La discusión está monopolizada por un tema: la gratuidad.

Incluso, la estrategia para la gratuidad ha tenido serios problemas porque muchas de las universidades que se han adscrito a ella han enfrentado graves dificultades de financiamiento ¿Cómo seguir adelante? Hay que promover un debate serio, en el que prime la calidad de la política pública por sobre los intereses de grupos particulares y las conveniencias políticas de corto plazo. Es probable que el actual proyecto siga avanzando lenta y farragosamente porque convence a pocos. Se necesitan nuevas ideas, consensos amplios, pensar estratégicamente y poner la educación de calidad en el centro de la discusión. De esta forma, cabe la esperanza de lograr la reforma de educación superior que Chile necesita.

El reporte de la Ocde y del Banco Mundial sobre la educación superior en Chile, publicado en 2009, es un punto de partida sólido para esta discusión. Ahí se analizan los problemas y desafíos del sistema y se hacen propuestas bien fundadas, con la opinión de expertos nacionales y extranjeros. Han pasado algunos años desde aquel entonces, pero el diagnóstico de ese documento sigue siendo muy actual.

El país necesita que pensemos en serio cómo mejorar nuestra educación superior. Esta tarea debe ser inclusiva y considerar a todos los estamentos del sistema. Es clave evitar el influjo dañino de los conflictos de interés y de la política de corto plazo. En esta materia no se puede improvisar.

 

José Antonio Guzmán

Rector Universidad de los Andes

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